miércoles, 19 de octubre de 2011

Sensación

A veces cuando olemos algo inmediatamente nos viene un recuerdo de un lugar  o de una fecha o de algo en particular. Es un recuerdo normalmente claro. Una canción nos puede llevar a recordar tal verano o aquel bar.
Pero otras veces ese estímulo no nos provoca más que una sensación. No sé si es el equivalente a tener algo en la punta de la lengua, pero el cerebro se niega a traernos ese recuerdo de forma nítida. Sabemos que hay algo, pero es tan lejano que seria casi un milagro llegar a formar ese recuerdo.
A mi, la última vez que me sucedió fue, como no, yendo en el coche. En el momento de acercarme a un camión vi que en el remolque llevaba unos tubos de plástico de colores de los que se usan para recubrir cañerías o cables. El caso, es que esos tubos me provocaron una especie de recuerdo-sensación, pero por más que me esforzaba no lograba saber de donde venia. Lo único que creo haber sacado en claro es que en algún momento debí tener un juguete, no sé si, con esos colores o con esa forma. Es muy frustraste que un un cierto olor te sitúe en el portal de la casa de tu abuela de Santander sin ningún problema, y unos jodidos tubos de colores se hagan los interesantes.
Otras veces el que parece recordar, en vez de nuestro cerebro, es nuestro cuerpo. Una canción, por ejemplo, nos puede recordar un mal momento de nuestra vida. Pero hay veces que esa canción nos trasmite al cuerpo el malestar del mal momento sin que por ello recordemos de que momento se trata. Eso si que es la hostia. De repente ponen en la radio una canción, o ves un anuncio en la tele, o cualquier cosa y estás con un mal rollo del copón sin saber por que.
Curiosamente esto no parece funcionar a la inversa (creo) no hay ninguna sensación-recuerdo, de las que no recordamos el momento, que nos haga estar más contentos (sin alcohol o drogas claro) cuando nos llega.