miércoles, 27 de junio de 2012

Un poco lejos

Situaros: Os estáis acercando en coche a vuestra casa esperando encontrar sitio para aparcar. Pero todavía no estáis dentro de esa distancia mínima que os gusta. ¿Qué pensáis ?. ¿Qué deseáis?.
Pues lo que todo el mundo. Que no haya sitio.
¿Por qué?.
Por que si lo hay, os veréis obligados a aparcar aunque no os guste y esté más lejos de lo que vuestro cuerpo (orgullo) tolera. Porque si os saltáis ese hueco, si subís la apuesta un poco más, puede que os toque dar vueltas como un gilipollas dando os de hostias contra el volante por haber desaprovechado la oportunidad. Pero si aparcamos, y después vemos que más cerca había un hueco en el que entraba un 747. ¡¡¡Como jode eso!!!. Incluso nos llegamos a parar en la acera y tanteando las llaves del coche comenzamos a hacer cálculos. ¿Si vuelvo e intento cambiar el coche de sitio?. ¿Aparcará alguien antes en el sitio chachi ?. ¿Me quedaré sin los dos sitios?. Entonces es cuando por segunda vez nos contradecimos y esperamos fervientemente que alguien aparque de una puta vez para que no tenga que seguir dándole vueltas al asunto.
Esta es la razón por la que cuando nos aproximamos al hogar rezamos porque ese sitio cabrón no aparezca. Si no lo hay, es un alivio. Y sin remordimientos ni miedos, podemos intentar el asalto a esos sitios mágicos que a veces, tan solo a veces, aparecen cerca de casa.

Adelantar en los túneles

Adelantar en los túneles es hacer trampa.