jueves, 8 de diciembre de 2011

Nuestro actor secundario favorito.

No, no me refiero al actor secundario Bob. Me refiero a ese actor secundario que poco a poco y casi sin darnos cuenta hacemos nuestro favorito.
Todo empieza cuando, por algún motivo que desconozco, se nos queda grabado el careto de un actor o actriz de los que no son estrellas. Cuando de repente nos damos cuenta que, en la película, el ayudante del actor principal o el malo de turno es el camarero simpático de esa comedia que tanto te gustó. Y así cada vez que localizamos a nuestro actor en cualquier película o serie nos da una pequeña alegría y empezamos a explicar a quien tenemos al lado quien ese ese tío y donde lo hemos visto antes. Y esto no resulta fácil porque normalmente no sabemos (ni sabremos) su nombre. Intentaremos contar, ante la mirada impávida de nuestro interlocutor, que ese es el tío que hace de padre de la protagonista en la película esa basada en la novela de Carl Sagan, no es algo ni cómodo ni fácil y menos si nuestro entusiasmo se descontrola.
A partir de ese momento lo adoptaremos como nuestro actor secundario, y si por alguna casualidad ese actor secundario da el salto y protagoniza o co-protagoniza una buena película, ahí estaremos nosotros para sentirnos todo orgullosos e informar a la gente que nosotros ya conocíamos a  ese actor, y podremos tener nuestro momento dato de oro enumerando unos cuantos títulos donde aparecia . Porque mucha gente sigue a una estrella, pero seguir a un actor secundario solo lo hacemos nosotros (eso es lo que nos creemos).
Yo sigo a varios secundarios y de todos ellos solo me conozco el nombre de Paul Sorvino. ¿Porqué me sé su nombre?. Pues porque es el padre de Mira Sorvino (ganó un Oscar esta chica) y es uno de mis datos preferidos. De otros me supe el nombre en algún momento, pero con el degenerar de mi ya anciano cerebro se me olvidan.
Mi actor secundario favorito y al que sigo desde hace muchos años es, y tengo que reconocer que tuve que buscar su nombre hace unos minutos, David Morse.

Es más, al leer su ficha en la wikipedia he corregido un error sobre el papel que hacia en 12 monos y he añadido que actualmente sale en Treme. Por que sí, señores y señoras, a veces suceden estos pequeños milagros que no sabes a que atribuirlos. Que en la segunda temporada de una de las mejores series que hay, y que tu sigues atentamente, aparezca tu actor secundario favorito (pese a que sustituya de alguna manera a otro de tus actores favoritos, aunque bastante, bastante más conocido, como es John Goodman) es digno de estar entre los mejores momentos que puede vivir una persona.
Os animo a que penséis cual es vuestro actor/actriz favorito, porque, aunque no seáis conscientes, es prácticamente seguro que lo tengáis. Recordad. Si yo, que soy de las personas menos originales que se pueden colapsar en una probabilidad de onda, lo tengo es, que el resto también.

Otros de mis actores secundarios favoritos son:
Stellan Skarsgård, Oliver Platt y Brendan Gleeson

Alucinad en cuantas películas han aparecido y la muy buena calidad de la mayoría de ellas.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Observando

Muchas veces, sobre todo cuando vamos en un transporte público como el metro, nos pasamos el rato observando a la gente. De casi todas esas personas tenemos una opinión o nos creamos una película sobre su vida.
Pero seguro que alguna vez os preguntasteis que es lo que pensará la gente de nosotros cuando somos los observados. ¿Qué creerán que soy, que pienso, o si soy feliz ?. Seguro que al igual que nosotros se montan toda una historia a partir de nuestra apariencia, o de lo que nos puedan ver hacer o decir.  Puede que hasta alguna de estas personas piense que tenemos un "buen polvo".
¿No os pasa que cuando cruzáis la mirada con alguien te das cuenta que te estaban junando?. Y en ese momento te dan ganas de preguntar que conclusión ha sacado de ti y que es lo que le ha llamado la atención de nuestro ser.
Aunque también hay veces que se complica más. Es cuando te cazan mirando. Ahí el asunto se complica porque puede haber muchos motivos para mirar a esa persona. A saber:
- Está buena/o.
- Está pirada/o y montando un número.
- Está borracha/o y está montando un número.
- Es adolescente y habla a gritos.
- Crees que le falta una oreja y no pararás hasta corroborarlo.
...
etc, etc.

Hay un sinfín de posibilidades, pero cuando te cazan, y a menos que el caso sea muy extremo (falta oreja), crees que esa persona piensa que la miras por su aspecto físico y que te gusta. Da igual el sexo del observado, lo primero que apetece es decir "Oye, que no, que no me gustas, que solo miraba para ti como podía haber mirado al Lauda del extremo del vagón". Y en ese momento puede que se desencadene un juego mortal. ¿Me está mirando otra vez?. Y vas, miras, y zas, te caza de nuevo. en ese momento es cuando ya te atribulas todo y miras a tu alrededor intentando que parezca que realmente miras a todo dios. ¿Pero si el de la oreja te esta mirando de nuevo?. La tentación es terrible y recurres a magistrales trucos que solo tu crees poseer, algo tan innovador como puede ser utilizar el reflejo de la ventanilla del vagón. De está manera, y sintiéndote tremendamente audaz,  vuelves a mirar para encontrarte que por alguna inimaginable y excéntrica ley de la óptica los ojos de tu objeto de atención están clavados en los tuyos. Y aunque por unos momentos no apartas la mirada por no acabar de comprender si te mira a ti, al reflejo o es este el que te mira, finalmente, agachas las orejas y prometes no dejar de mirar hacia tus pies.

Otras veces somos nosotros los observados y podemos llegar a pensar que esa persona, a la que hemos sorprendido oteándonos, le gustamos. (Los inseguros pensaremos que tenemos algo en la cara). Y eso es muy improbable, porque todos sabemos que cuando miramos a otras personas por pasar el rato, el 95% de las veces la persona carece de atractivo. Es más, lo más probable es que la miremos por la carencia absoluta de él.

Caso curioso: Cuando observas a un tío que a su vez mira a una chica que a su vez mira a otras dos que están hablando y vigilando al que tiene pinta de carterista, que es el único que no presta atención a nadie.

Como todo lo que escribo esta entrada es bastante confusa pero....

miércoles, 19 de octubre de 2011

Sensación

A veces cuando olemos algo inmediatamente nos viene un recuerdo de un lugar  o de una fecha o de algo en particular. Es un recuerdo normalmente claro. Una canción nos puede llevar a recordar tal verano o aquel bar.
Pero otras veces ese estímulo no nos provoca más que una sensación. No sé si es el equivalente a tener algo en la punta de la lengua, pero el cerebro se niega a traernos ese recuerdo de forma nítida. Sabemos que hay algo, pero es tan lejano que seria casi un milagro llegar a formar ese recuerdo.
A mi, la última vez que me sucedió fue, como no, yendo en el coche. En el momento de acercarme a un camión vi que en el remolque llevaba unos tubos de plástico de colores de los que se usan para recubrir cañerías o cables. El caso, es que esos tubos me provocaron una especie de recuerdo-sensación, pero por más que me esforzaba no lograba saber de donde venia. Lo único que creo haber sacado en claro es que en algún momento debí tener un juguete, no sé si, con esos colores o con esa forma. Es muy frustraste que un un cierto olor te sitúe en el portal de la casa de tu abuela de Santander sin ningún problema, y unos jodidos tubos de colores se hagan los interesantes.
Otras veces el que parece recordar, en vez de nuestro cerebro, es nuestro cuerpo. Una canción, por ejemplo, nos puede recordar un mal momento de nuestra vida. Pero hay veces que esa canción nos trasmite al cuerpo el malestar del mal momento sin que por ello recordemos de que momento se trata. Eso si que es la hostia. De repente ponen en la radio una canción, o ves un anuncio en la tele, o cualquier cosa y estás con un mal rollo del copón sin saber por que.
Curiosamente esto no parece funcionar a la inversa (creo) no hay ninguna sensación-recuerdo, de las que no recordamos el momento, que nos haga estar más contentos (sin alcohol o drogas claro) cuando nos llega.

viernes, 19 de agosto de 2011

Gente + Aeropuertos

Por que la gente que llega a los aeropuertos suele ser más guapa que la que espera?

Conocidos con vínculo

Cuando nos encontramos con un “conocido” siempre aparece el mismo problema. ¿De qué hablar en ese par de minutos de cortesía que todos nos obligamos a darnos cuando sucede este encuentro?
 Hay veces que la conversación surge sin problemas e incluso se larga más de esos dos minutos protocolarios. Pero muchas veces te encuentras sin saber de qué hablar más allá de los topicazos del tiempo, salud y/o hijos, si los hubiera. Por eso se agradece cuando el conocido con el que topas es uno de los “conocidos con vínculo”.
¿Y que es un “conocido con vínculo”?. Pues sencillamente es esa persona con la que has compartido un momento de tu vida que se sale un poquitín de lo normal y que se convertirá en el vínculo que va impedir en el futuro silencios incómodos en encuentros casuales.
Un ejemplo de lo que os quiero decir. Imaginaros a dos tipos que se encuentran por la calle y que, audazmente, llamaremos Manolo y Pepe,
MANOLO: Hombre Pepe. ¿Qué tal?.
PEPE: Bien, bien,…. engordando.
Aquí es donde, en caso de ser conocidos de los normales,  surgiría el silencio incomodo o el intercambio de frases hechas.  Pero al tratarse de un conocido con vínculo solo tenemos que recordar ese vínculo y como por arte de magia la conversación fluirá por unos cauces cómodos, conocidos y hasta gratificantes.
En este ejemplo será Manolo el que dé pie, en negrita y cursiva, al vínculo.
MANOLO: No será por tu manera de comer paella ehhhhh.
PEPE: Ja, ja, ja. Es verdad, no será por eso.
MANOLO: Cada vez que me pongo delante de un plato de arroz me acuerdo de ese día y…….
…..
Y así continuará la conversación.
¿Cuál es el vínculo?.  Pues que Manolo en alguna comida en común, en la que estaba presente Pepe, se atragantó, o el camarero le tiró la paella por encima. Da igual. Es un vínculo que permitirá a estas dos personas, que no saben casi nada la una de la otra y que no comparten ninguna afición o tema de interés, un encuentro sin tiranteces.  Podría decirse que es la única anécdota que comparten estas dos personas.
Aunque también se puede dar el caso de que el vínculo sea desagradable para una de las partes y que la otra sea una persona insensible o simplemente imbécil.
MANOLO: Cada vez que me acuerdo como vomitaste encima de tía esa que te gustaba es que me descojono.
PEPE: Si claro. Fue violento. Si….
….
Entonces desearíamos que la persona que nos encontramos hubiera sido un conocido de los normales y solo tener que hablar del jodido calor que hace.

miércoles, 8 de junio de 2011

Algo incomprensible

A todos nos gusta mucho que cuando estamos en casa se ponga a diluviar. ¿Quién no se acerca a la ventana para ver como cae la lluvia y quién no hace un comentario?. ¿ A quién no le encanta ser el primero que se percata de la tormenta y dar la noticia a los demás?.

Si,  a todos nos encanta dar primicias.

¿Pero, por qué?. A mi, personalmente, cuando una persona me cuenta una novedad de estas, no sube en mi estima. No tengo demasiado en cuenta quien fue el que me lo contó. Así pues, sé a ciencia cierta que si yo hago saber una novedad a alguien, ese alguien se puede quedar con el mensaje pero no con el emisor del mensaje.  Nadie piensa: "¡¡Si no fuera por él nunca hubiera visto tan magnífico aguacero!!. ¡¡Qué gran observador!!"
Aun así, me sigue gustando decir "¡¡ Cómo está lloviendo!!", antes que nadie.

Pero se me está yendo la pelota.

Lo que os queria contar que me parece incomprensible es que, aunque sea totalmente normal que nos guste ver llover cuando estamos resguardados y seguros, lo que no es tan lógico es que eso mismo nos suceda cuando estamos conduciendo. ¿No sentís una especie de mórbido placer en que nos caiga encima del coche todo el agua del mundo?. ¿No os lleváis una decepción cuando deja de llover tanto, o cuando la nieve no cae tan espesa como unos minutos atrás?.
Es cierto que cuando las condiciones meteorológicas se ponen demasiado extremas esa oculta dicha desaparece rápidamente para dar paso a una cierta sensación de angustia. Pero si la carretera está medianamente transitable...
La pregunta que me hago es; ¿Por qué?. ¿Porque nos gusta que nos lo pongan un poco difícil, o porque nos gusta contarlo luego?. Yo creo que es una mezcla de las dos cosas. Porque a todos nos gusta ver romper una buena marejada contra los rompeolas y a todos nos gusta narrar como sonaba el granizo de 30 cm de diámetro en nuestro parabrisas.

Ah, y otra cosa rara. Cuando vais circulando con el coche.¿No esperáis ávidamente que alguien lo haga mal y os moleste, para darle un sonoro pitido y mentar a su puta madre unas  cuantas veces?. Incluso cuando veis que el del carril de al lado se empieza a meter inadecuadamente en el nuestro. ¿No esperáis hasta casi el último momento para pitarle con entera satisfacción y fingida indignación?. Y a veces. ¿No deseáis secretamente que el que está delante de nosotros, no sé percate de que el semáforo está en verde para soltarle un latigazo de nuestras luces largas?.

Ahhhh, que pequeñas y oscuras satisfacciones nos da el conducir.

lunes, 9 de mayo de 2011

Peinado de Donald trump

Iba a escribir sobre un tema que me fascina, pero he vuelto a comprobar lo poco original que soy con mis pensamientos y gustos. Así que para que romperme la cabeza describiendo lo que ya está escrito,  y además muy bien.

Aquí os va el enlace.

Peinado de Donald Trump

lunes, 18 de abril de 2011

Coches de choque

Cada vez que veo a un conductor con el brazo por fuera de la ventanilla no puedo evitar la sensación de que lo que realmente le gustaría al tipo es poder coger al coche por la cintura. Como si fuera una novia guapa con la que pasear por las fiestas patronales.
E inmediatamente después, y enganchado a esta idea, me viene a la cabeza el, para mi, más curioso personaje de los que deambulan (o deambulaban) por lo coches de choque de las ferias. No me refiero al torpe que no podía hacer salir el coche de la esquina, ni al que le caía la ficha a la pista y abría los ojos con pánico mientras el resto empezaba a rodar, o las nerviosas que no sabían quitar la marcha atrás y circulaban temerariamente presas de la hilaridad. Ni siquiera me refiero a los míticos quinquis que primero chocaban violentamente con tu coche, y cuando levantabas la vista medio conmocionado eras tu el que chocaba con su mirada ("¿Pasa algo?").

El personaje que os digo era el más memorable de todos, era ese que no chocaba con nadie. Ese que circulaba con toda fluidez esquivando al resto de la banda.Y no chocaba porque su juego consistía en eso, en aparentar que iba conduciendo por una carretera o calle normal. Para él era toda una afrenta que chocaras contra su coche y cuando lo hacías ponía una cara de esa de ¿Pero es que no sabes conducir?.

Nunca logré entender del todo esa postura. ¿Por que ir a los coches de choque si no quieres chocar?.
Pues bien, estos tíos, que siempre eran bastante mayores que el resto y casi bordeaban la treintena,  iban a lucirse "conduciendo" porque, seguramente, era lo más cerca que podían estar de un volante. Y los asocio a los del brazo en la ventanilla porque también solían conducir con una mano para poder realizar el "más difícil todavía" y dejar anonadado al personal.
Y aun era mejor cuando llevaban a la novia con ellos, entonces si que esta peculiar manera de divertirse se hacia más delirante. Ya es ridículo cuando un tío para ligar le propone a la chica dar una vuelta en su coche, pero cuando el coche es uno de los de esta popular barraca el sinsentido alcanza cotas antológicas. ¿Os podéis imaginar la escena de la proposición?.
Yo, no. Porque puedo entender cuando llevas a la chica a los coches de choque para que grite, finja que se asusta y te agarre. Pero darle un paseo por esta atracción y encima riñendo a los demás resulta lo más ridículo del mundo.
Dios !!,  recordarlo esperando que quedase libre el número 26, porque él sabía que era el mejor, mientras su novia de mirada bovina  comía un chicle o algodón de azúcar o algo, porque siempre masticaban algo. Recordarlo barajando la importante cantidad de fichas amarillas compradas para impresionarla y tenerla media tarde dando bandazos por la pista. Si hasta el tano que ejercía de aparca lo conocía por su nombre y le susurraba el número del coche en mejor estado.

Mi conclusión es que los del brazo en la ventanilla, con o sin pitillo en la mano, evolucionan a partir de los que intentaban evitar las colisiones en los coches de choque y que, por razones que se me escapan totalmente, lograron desarrollar la inteligencia mínima necesaria para sacarse el carnet de conducir.
Y algo sorprendente. Esta habilidad de conducir con una sola mano, mientras la otra cuelga inerte de la ventanilla, les resultará muy útil cuando en algún momento de su vida pierdan ese siempre bronceado miembro, a raíz de algún más que previsible accidente de circulación.
Estoy seguro que la ficha roja del grupo Parchís adoraba los coches de choque.

martes, 12 de abril de 2011

Cosas abandonadas

No puedo evitarlo. Cuando veo alguna cosa abandonada no dejo de pensar en como llegaría a donde o a como está. Me suele pasar sobre todo con los edificios, empiezo a imaginar como serian en el momento de ser construidos y en el momento de ser estrenados por sus primeros, y es de imaginar, felices inquilinos. ¿Como llegaron a el estado de abandono?. ¿Por qué?.
Sobre todo me resulta chocante para los grandes edificios industriales. Se ven fábricas y almacenes enormes que tuvieron que costar una pasta y por ello tuvieron que ser muy deseados.
La sensación es aun más rara cuando aun conservan mobiliario o adornos, porque da a entender un final más brusco, un abandono sin contemplaciones. No sé, se me hace muy extraño ver una mansión con las verjas oxidadas y los cristales rotos. No pienso en los propietarios herederos peleándose por el mantenimiento, lo que hago es tratar de imaginar el momento que las cosas empezaron a ir mal, en el momento en que se dejó de arreglar el primer pequeño desperfecto que hizo iniciar el declive. Cuando veo una casona de esas me digo siempre, en plan grandilocuente, "Es como La caída de la Casa Usher".

¿Y los coches abandonados en un prado o un descampado?. ¿No se os ponéis a imaginar a su orgulloso dueño el día en que fue a recoger al concesionario su flamante vehículo?. ¿No lo veis limpiándolo con esmero a la mínima mancha que tuviera?. Y sobre todo; ¿En que momento perdió el interés?. Aunque seguramente fuera un dueño distinto, después de una primera o segunda reventa, el que lo sentenció, aun así, no puedo evitar darle vueltas al tema.

Otra cosa, que también meto en esta categoría, es la de los edificios parados a medio construir. No me refiero estas urbanizaciones dejadas de la mano de dios por la jodida burbuja inmobiliaria, o a casas unifamiliares que están esperando nuevos ingresos para seguir con la obra, me refiero a los edificios que os decía antes, edificios más antiguos y aislados estilo fábricas y almacenes.
¿Como se puede ser tan poco previsor para que te quedes en medio de la construcción de algo así?. Son inversiones gordas, hay estudios hechos, planes pensados...

Ahora bien, el caso más curioso es el de las carreteras abandonadas sin terminar. Seguro que alguna vez habéis pasado al lado de pilares que iban a servir para alguna carretera o viaducto que nunca se llego a construir. ¿Cómo es posible?. Una carretera no la construye un particular porque le parezca una buena idea o porque piense sacar algún beneficio de ella. La construye un gobierno, y me parece imposible que de la noche a la mañana se cambie o se abandone un trazado así sin más, dejando abandonados pilares, bloques de hormigón y hasta maquinaria pesada. ¿Qué pasa, que de repente el ingeniero dice?; "Hostia, sino era por ahí.  Hala Pepe borra esas lineas gordas y rojas del plano y pónmelas, no sé, como a un par de kilómetros a la derecha, qué es que no me había fijado en el puto río truchero".

Bueno, ya os había advertido, por el título de este blog, que el mismo iba a estar nutrido de temas sin ningún interés y, como este, francamente aburridos. Pero esto consiste en eso, en poner por escrito todas esas chorradas que me pasan por el torrao en los tiempos muertos, y sinceramente la mayoría son un tostón.

jueves, 7 de abril de 2011

Dgt + Bonano

El otro día adelanté a un descapotable. Algo, que desde luego, no es nada del otro mundo. Lo que sucede es que, en el momento de adelantarlo, tres de los cuatro ocupantes del coche, el conductor no, se pusieron a mirarme. ¿Y estos gilipollas que miran?, pensé. Si mirarán para mi coche todavía podía pensar que tenia alguna avería o algo por el estilo, ya que mi coche  por si solo no llama la atención precisamente. Pero inmediatamente me di cuenta de la razón.
No me miraban a mi,  lo que querían ver era si YO les miraba a ellos. Y eso era porque iban en "un descapotable" y debían pensar que nadie podía dejar de alucinar por ese hecho. Pues si, esos tres retrasados eran unos DGT de libro que no se dan cuenta que nadie repararía en ellos si no tuviesen esa absoluta y cómica manera de sincronizarse para mirara a los demás.

Cuando rebasé ese coche lleno de henchidos dgts me vino a la cabeza esa raza de pringaos que son los "Gente que bacila de las posesiones de un amigo".
Y no me refiero al que cuenta lo del mercedes de su primo, o lo de la casa en la playa de su cuñado bien situado. Me refiero esas lapas que se pegan a todo aquel que tiene algo que mola.
Seguro que habéis visto muchas veces a este tipo de personajes que no solo son fijos en el asiento del copiloto del coche chachi (solo ellos se pueden sentar ahí) sino que saben donde se guardan los pañuelos o como se maneja la radio. Son los que si el coche es descapotable bajarán la capota en el sitio más concurrido posible sin siquiera consultar al dueño.
Y si lo chachi es la casa (lo de chachi igual solo le parece al tonto pero...) adivinad quien va a abrir la puerta cuando llaman, o quién se va a encargar de pinchar la música o  enseñar la casa al resto de visitantes.

Pues bien, todo esto que hacen lo hacen con un gesto bonano. Con ese gesto de "todo esto que os parece (ellos creen) tan de puta madre yo ya estoy acostumbrado a ello". Es un bonano por sustitución. Es cien veces peor que un bonano de verdad y casi cincuenta que un imitador de bonano.
Porque esta gente lleva haciendo esto toda su vida y los encontrareis siempre escalando posiciones sociales subidos a la chepa de aquel que tenga algo que este ser anhele. Recordar al que siempre iba en la moto del que la tenia, la que siempre estaba en la piscina de la niña bien o, en el sumun de la degradación, era el amiguito del portero de la discoteca de quinceañeros.

Son putas sanguijuelas que se nutren del mucho o poco éxito de su anfitrión y no nos caen nada bien.

martes, 29 de marzo de 2011

Touché

No os joden las películas en las que en un momento dado un personaje dice Touché. En ese momento, para mi, la peli baja a un nivel parecido a las que ponen en Antena3 los sábados por la tarde.

¿Y por qué?.

Pues porque es un intento ridículo de dar un aire sofisticado y culto al personaje que suelta semejante horterada. Suelen poner la palabreja en boca de alguien de la clase alta americana, porque la película suele ser de ese país, enfrascado en un "inteligente" duelo dialéctico con otro personaje. Es algo patético.
Para darse aires no solo recurren a esta chorrada, también utilizan otras cuantas que reconoceréis inmediatamente por ser utilizadas hasta la saciedad en películas, series y libros americanos. Os pongo los ejemplos de las tres, que personalmente, tengo fichadas:

La navaja de Ockham. Esta la utilizan cuando la trama es de misterio o ciencia ficción. En los libros de CF aburren con ella.

La fábula de la rana y el escorpión. Esta les vale en cualquier situación y la sueltan aunque no venga al caso.

Y esa tan manida de "El mejor truco del diablo, fue convencer al mundo de que no existía." que se puso de moda a partir de la película "Sospechosos habituales" y que puedes encontrar en boca de cualquier actor de mala muerte mientras pone gesto de estar mostrando al mundo la sabiduría suprema, aunque lo que parece es que sufre una incómoda digestión.

Toda esta especie de moda por repetir las cosas es simplemente la consecuencia del canibalismo que hay en la ficción. Una película no suele tener como fuentes otra cosa que no sean otras películas. Se llega al extremo del caso de los policías novatos que vomitan al ver la escena de un crimen. Pues bien, una vez leí que un policía contaba que eso no era verdad, que esa no era la reacción habitual al ver un cadáver. Lo que sucedió es a alguien le pareció una idea muy buena y, quizá, una manera de trasmitir la dureza de un crimen. A los demás les pareció algo cojonudo y fueron incluyendo la escena en tantas películas, series, etc. que todo el mundo creyó que eso era un comportamiento normal y real.


Seguro que vosotros tenéis muchos más ejemplos de falta de originalidad. Contadme, contadme.

jueves, 24 de marzo de 2011

Persona de velocidad minima inferior

Cuantas veces caminando por la acera nos hemos encontrado con la espalda de una persona que, yendo delante de nosotros, lleva una velocidad parecida a la nuestra pero un poquitín inferior.
¿ Y qué es lo que sucede ?. Sucede que nos empezamos a poner nerviosos porque, aunque no tenemos prisa, se nos hace muy incómodo ir pegado a otra persona y, más aun, el tener que bajar nuestro ritmo. No nos sale.
Decidimos tomarlo con calma, al fin y al cabo no vamos a dar un acelerón y pasar a su lado para que la gente diga un "¿A donde irá ese?". Sonreímos para nosotros mismos e intentamos distraernos con los escaparates, el tráfico, la gente. ¡¡ Lo que sea !!,  ¡¡ Pero no nos sirve !!. - ¡¡ Ya van 4 veces que casi le piso los jodidos zapatos !!.
Así que después de un rato (muy corto) empezamos a maniobrar hacia los lados para iniciar el ataque. Lo malo es que siempre, siempre, la gente de velocidad minima inferior lleva, como ahora bien sabemos por la F1, la misma trazada que nosotros. Y al igual que Alonso con Massa se nos hace imposible completar la maniobra de adelantamiento porque se nos echan encima las esquinas o, esto no valido para el ejemplo de la F1 (o al menos esta temporada), nos viene alguien de frente o llegamos a una chicane.
Una y otra vez tenemos que abortar la operación, y en cada ocasión el mosqueo va en aumento.
De manera que cuando nuestra impaciencia nos gana, sin pensarlo más ni medir las consecuencias,  damos 3 o 4 pasos más largos y más rápidos que los anteriores y nos lanzamos a un adelantamiento frenético en el que tropezamos con alguien, pisamos la tierra, nos salimos de la acera y nos saltamos la chicane.
Y así, y con el rubor inundando nuestro rostro, no podemos dejar de oír a la persona que acabamos de dejar atrás un, tristemente esperado, "¿A donde irá ese?".

martes, 22 de marzo de 2011

El coche colega.

Os habrá pasado más de una vez.

Vas por la carretera tranquilamente, a tu rollo. Miras por el retrovisor  y te das cuenta de que el coche que ves reflejado es el mismo que está ahí desde hace unos cuantos kilómetros.

Te empiezas a poner algo nervioso, tu nivel de atención sube, te enderezas al volante.

No, no  te persiguen, no tienes miedo del de atrás.  Lo que sucede es que tienes un coche colega. Un coche que se mantiene a la misma velocidad que tu, que adelanta cuanto tu lo haces, un coche al que le gusta tu forma de ir y que mantienen una razonable distancia de seguridad.
A todos nos a sucedido y todos reaccionamos igual. De repente asumimos una responsabilidad. Empezamos a ser conscientes de la velocidad a la que vamos, de la forma en que tomamos las curvas, y todo con tal de no decepcionar al coche colega. No sabemos si el de atras se habrá dado cuenta del vinculo que hemos establecido pero para nosotros existe y es importante.
La parte buena es que prestaremos más atención a nuestra conducción y de esa forma correremos menos riesgo de distraernos al volante. La mala es que esa atención se desviará constantemente hacia los espejos para saber si seguimos manteniendo detrás a nuestro colega, y si por ello, está satisfecho con nosotros. Quizá hasta imaginaremos que le dice a su copiloto y pasajeros que da gusto tener delante un conductor que le hace llevar tan buen ritmo. Y si vemos que se acerca, entonces aceleraremos un poco más de lo que nos gusta con tal de que no nos adelante, de que no nos pierda, de que no seamos una decepción.

Esta relación, como todas, puede terminar de dos formas. De muerte dulce cuando, o el coche colega, se desvía o detiene, o lo hacemos nosotros y lo dejamos ir con una sensación de trabajo bien hecho.
O de forma dramática cuando coche colega, adelantándonos, pone fin a nuestro tiempo juntos. Y esto es un shock. De repente, por algún motivo que no llegaremos a comprender nunca,  ya no le servimos. No lo entendemos. Le hemos dado todo lo que podíamos, hemos hecho de liebre muchos kilómetros sin ningún problema y sin pedir nada a cambio, hemos dado velocidad constante, exquisito uso de los intermitentes a la hora de adelantar, un plus de iluminación con poca visibilidad,... - Y ahora nos adelanta sin, tan siquiera, mirarnos. Sin ningún destello de sus preciosas luces largas.
Le vemos alejarse, quizá buscando un nuevo coche colega. Solo nos queda convencernos a nosotros mismos de que lo hemos hecho lo mejor que hemos podido. Que la culpa no es nuestra.

jueves, 17 de marzo de 2011

DGT

Hace unos años la DGT hizo un anuncio que a mi me pareció cojonudo y que consistia en un tio borracho que aparcando el coche en una zona de movida se creia que lo estaba haciendo estupendísimamente cuando en realidad, y a los ojos de la gente que lo estaba viendo, estaba haciendo el ridículo.
Me pareció un muy buen anuncio, no solo por lo que trasmitia en el tema del coche, sino porque se podia aplicar a todos los ámbitos de la vida y a toda la gente borracha o no. Equivale a un "Y ese que se cree" cuando el que lo dice, o piensa, tiene razón.
Continuamente vemos a gente que se tiene por especial o superior por el mero hecho de tener un coche, o incluso un móvil, nuevo. Todos hemos visto lo patéticos que resulta en un vagón de metro o de tren un zoquete escuchando música en si iPhone mientras lleva el condenado aparatejo lo más a la vista posible y mirando hacia los lados para ver la impresión que al resto de los mortales nos causa esa maravilla tecnológica que solo tienen unos 20 millones de personas.  
Pues bien seguro que estais de acuerdo conmigo en que no nos jode que el memo de turno tenga un telefono nuevo. Lo que nos jode es que el muy imbecil se crea que nosotros pensamos que él es guay. Estoy covencido que al igual que a mi os apetece gritarle que nos importa un huevo su telefóno y que nos resulta muy triste que tenga una vida tan lamentable que esa posesión sea su única forma de ¿destacar?.
¡¡Es como en el anuncio!!.
Es un comportamiento que, para abreviar, vamos a llamar DGT.

Pues bien, de todos los DGT que tengo fichados en este momento hay dos tipos que pese son muy diferentes son igualmente ridículos. Son los del Mate y los Bonanos.

Los del Mate: Últimamente se está poniendo de moda lo de ir tomando mate por la calle o en los medios de trasporte. Es lo más chorras que habia visto en mucho tiempo. Esta gente tiene que llevar un termo, una taza rara de esas y  tambien un tubin que sirve para tomar ese brebage. Es como si a alguien le da por llevar la cafetera y la taza en el metro. ¿ Y por que lo hacen?. ¿ Porque no lo toman antes de salir de casa o cuando lleguen a su destino ?. Pues no lo hacen porque son unos DGT que creen que pensamos que son una gente guay y exótica. Esa gente mientras sorbe el mejunje ese de los huevos va pensando, "¡¡ Como me miran todos!!, seguro que no saben que es lo que estoy bebiendo, y seguro que me imaginan sentado con el brujo de una aldea recóndita de la Pampa mientras me muestra los seretos de la vida. Joder, que guay soy".
¡¡ Pues no, anormal !!. Pensamos que estás haciendo el ridículo y que eres un triste DGT. Es más, nos descojonamos de que por ir de especialito vayas incómodo con el puto termo en una mano y en la otra la taza, mientras intentas desenvolverte con el periódico, la mochila (siempre llevan una mochila de esas de rayas) y el resto de la parafernalia. Por que nunca he visto a un DGT del mate sin el resto del kit hippy-mochilero-ONG. A la gente le encantan los uniformes.

Los Bonanos: A estos llevo observándolos mucho más tiempo y seguro que vosotros también los tenéis fichados y les habéis puesto nombre . Para que entendáis a quien me refiero y los identifiquéis os voy a poner el ejemplo más claro de todos. La esencia del bonanismo, el origen de la especie.
Si un domingo por la mañana os acercáis a la Latina en Madrid seguro que no dejareis de reparar en algún grupo de ellos. Por que, a diferencia de los DGT del mate, los bonanos se reúnen en grupo. Es más, un bonano no es tal fuera de su grupo. El comportamiento de un bonano muta de persona, más o menos normal a bonano, cuando se reúne con cuatro o más los de su especia y, esto es importante, haya representación de ambos sexos.
Pues bien, los bonanos estarán sentados en una terraza alrededor de una mesa tomando algo. Su forma de vestir es uno de los rasgos que más les delatan. Llevarán ropa cómoda e informal, como si se hubiesen puesto lo primero que encontraron en su, a bien seguro, nutrido guardaropa. Esta es su principal característica, porque esa impresión de informalidad es totalmente falsa. Cada una de las prendas y accesorios que lleven puesto estará estudiada hasta la saciedad, todo estará meticulosamente preparado. Las gafas de sol, la coleta, la barba de dos días, el pantalón medio roto, todo, todo está muy bien pensado.

La actitud que tienen también les delatará como DGT de tipo bonano. Adoptaran una pose de "Uf estoy de vuelta de todo y si no estoy ahora mismo esquiando es que ayer por la noche fue una fiesta tremenda". Tenderán a tener la cabeza echada hacia atrás en actitud de tomar el sol y se hablaran sin mirarse y con un volumen de voz lo suficientemente alto para que el resto nos enteremos bien de sus aventuras. Serán comunes gestos como, en el caso de ellos, de tocarse la barriga por debajo de la camiseta o, en el caso de ellas, de no parar con el pelo y hacer y deshacer esa, tan estudiada coleta, unos cuantos miles de veces. Hablarán de viajes, de los problemas de su madre con el iMac nuevo ("Es que no sé para que lo quiere, pero se encaprichó y por no aguantarla...") y de demás chuminadas. Todo ello narrado con un tono indolente.

El momento álgido, y que no sé como hacen para que suceda cuando estás mirando, es cuando llega el que faltaba. Será un bonano macho y constituye toda una subespecie dentro del bonanismo. Me refiero al bonano gracioso, al bonano que le pasan las cosas más graciosas e inverosímiles. No será recibido con un "Hola" ni un "Qué pasa", será recibido con risas de esas que se reservan para alguien al que le haya sucedido algo entre gracioso y patético. Las risas que se dedican a esa persona que la noche anterior la lió parda. Esos si, los saludos seguirán las mismas reglas que las de la  conversación y no serán nunca mirando al individuo de frente sino en un estudiado ángulo de 90 grados. El motivo de esto aun me tiene desconcertado.
El bonano gracioso cumple una serie de características propias; será más feo y bajo que la media de su grupo y normalmente llevará el pelo y la barba más largo que el resto. No una perilla o similar, barba. Vestirá en sintonía con los demás pero exagerando un poco más cada uno de los detalles. La camiseta será más colorida y con un mensaje a ser posible gracioso, el pantalón lo llevará más caído y el calzado (playeros) también tendrá un color más cantoso. Para rematar es posible que lleve un perro que atará en una silla mientras hace un comentario jocoso que relacione su resaca con la putada de pasear al perro. MENTIRA !!!. El perro es un complemento valioso y muy apreciado y tuviste que traerlo desde la otra punta de la ciudad.

Hay muchos más rasgos que definen a esta gente pero, como seguro que ya sabéis a quienes me refiero, no os aburriré con detalles que seguro que ya habéis observado muchas veces. además creo que me he extendido mucho con este artículo. Puede que otro día haga una segunda parte ya que me quedan un montón de cosas en el tintero. No me gusta nada la expresión esa de "En el tintero" pero me viene bien y no me apetece comerme el torrao.

Notas:
- Los bonanos toman su nombre del bar El Bonano que era frecuentado por ellos antes de caer en desgracia debido a la llegada de un segundo grupo denominado "imitadores de los bonano"    que son, si cabe, aun más patéticos y divertidos de observar que los genuinos bonano.
- La colonia de bonanos de Oviedo se reúne en el bar "La Carta de Ajuste".



Contadme, contadme de todos aquellos DGT que sepáis para confirmar mis teorías.

Ese dato de oro

Soy muy fan de internet, pero que mucho. Pienso que es el gran invento del siglo (pasado) y que no hace más que facilitarnos la vida y darnos acceso a la de dios de información. 
Pero de ahí viene el problema que os voy a contar y que más que seguro compartís conmigo.

Internet y el e-mail están acabando con "el momento dato". 

Si amigos, porque todos tenemos guardados dos o tres datos de oro. Esos datos que atesoramos orgullosamente porque son poco conocidos. Esos datos que contamos en el momento preciso y que provocan el interés y la sorpresa de la gente.  ¿Quién no ha mantenido una conversación en la que estamos deseando que tome un camino que lleve hacia ese dato de oro que sabemos que deslumbrará al personal?. Porque no valía manipular para que la conversación fuera hacia nuestro terreno, había que respetar unas reglas. Si no, ese  dato no tenía el mismo valor. A mi, concretamente, me producía un inverosímil placer cuando después de un estornudo, y ante el "Jesús" correspondiente, alguien preguntaba porque se decía "Jesús". Ese era el momento, un momento que se podía dar  2 o 3 veces en la vida y que llenaba de orgullo y placer. Siiiii !!!. Tenia que intentar controlar mi nerviosismo para contar la historia de los demonios saliendo por la boca y la forma de conjurarlos diciendo "Jesus" (Esta es la 5 o 6 vez que lo cuento. ¿Alguien no conocía el dato?). ¡¡¡ Que maravilla cuando te preguntaban "¿De donde sacas esos datos?", y con suma modestia replicabas "Lo habré leído por ahí".

Pues bien esos datos de oro no es que estén desapareciendo, sino que ahora de vez en cuando alguien los recopila en un mail y los vulgariza enviándolos a todo el mundo. Ya no son de oro, ahora son datos que cuando los compartes más o menos esperas que haya una persona, que no es que no lo supiera sino, que no lo recordaba.

Lo mismo ocurre, y quizá a más escala, con los chistes. Esos 3 o 4 súper chistes que nunca fallaban y que contábamos tan bien por haberlos ensayado en nuestra cabeza tantas veces. Esos chistes no se han podido banalizar más por internet. Ya el programa ese de la tele, de esos grupos de cómicos venidos a menos que cuentan chistes, lo habían jodido bastante, pero internet está acabando con ellos y, efecto colateral beneficioso, con los cuenta chistes televisivos. ¿No os parece que el cómico que acaba en programas de la tele contando chistes por turnos son gente terminada ?.

Pero en fin. Estar orgullosos de vuestros datos o chistes más queridos porque puede, solo puede, que alguna vez sorprendáis a alguien con ellos.

Esclavos de su imagen

¿Qué os parece la gente famosa que siempre viste igual, o que siempre tiene que llevar un mismo objeto o peinado o lo que sea?. A mi no sé si me dan pena o me ponen de mala hostia.
Esta forma de pensar mía, y seguro que vuestra, empezó cuando en los ochenta salio un grupo que se llamaba Four Non Blondes y que se hicieron famosos por una sola canción que se titula “What´s Up”. Pues bien, la cantante siempre aparecía en los vídeos y en las actuaciones con el mismo sombrero. La odie desde el primer momento.
Pensar en esos actores que siempre llevan el mismo corte de pelo, o el mismo bigote. Me imagino que cuando firman un contrato hay alguna cláusula en la que dice que ese actor debe llevar el aspecto que le hizo famoso, y no uno nuevo que lo haga irreconocible a su público. Y es que ya no es ver una película de determinado actor, es ver al mismo personaje en otra situación.  Si no que se lo digan a Chandler el de Friends. En todas la películas que sale hace de Chandler. ¿Alguien recuerda su verdadero nombre?. Para qué. El es Chandler. El hombre debe de estar bastante frustradillo.
Pero volviendo al tema de llevar siempre el mismo gorro. Hay casos como el de la retrasada de antes o como el de Slash de Guns and roses, que son buenos ejemplos. Pero el caso más sangrante es el del Huevo de U2. Por que no creáis que me estoy confundiendo, el zoquete de U2 que lleva gorro de lana a todas horas se llama El Huevo y no El filo (The Edge).
Todo vino porque algún periodista no debio escuchar bien cuando lo nombraron, como también les pasó a los Beatles.
El tío era llamado The Egg, el Huevo, pero claro el periodista lo entendió mal y a todo el mundo le pareció una idea de puta madre lo de El Filo. Imaginaos, Uff, El Filo, suena misterioso y peligroso. A partir de ese momento nuestro amigo llevara siempre el sombrero por el que era conocido, con toda lógica, como “El Huevo” y se quedara en un segundo plano.  Actuará y vivirá en la penumbra para así acrecentar la leyenda. Será la sombra de Bono, su lado oscuro.
Y ¡¡ Zas !!, de repente, el jovial pero poco carismático Huevo se convirtió en el taciturno Filo y tendría que penar con el  jodido gorro de lana toda su lastimosa vida. 
Seguro que vosotros tambiéntenéis fichados a individuos de estos. Decidme, decidme. Porque coincidiremos en más de uno.

Simetria

Recordais haber tenido en vuestra infancia una etapa de rechazo de todo lo que no era "simétrico"?.
Yo me acuerdo perfectamente de la desazón que me causaba todo aquello que no tenia esta cualidad. En todos mis juegos, y fantasías de niño, era un requisito indispensable. Me molestaban muchísimo cosas como que los coches tuvieran el volante a un lado. ¿Porque no lo ponían en el centro?. Incluso mis Airganboys llevaban dos pistoleras, porque una sola, y en un único lado, no era tolerado por mi sentido estético. ¿Y porque los pantalones vaqueros solo tenían el bolo pequeñin en uno de los lados?. ¿Qué mente retorcida podía perpetrar tal sin sentido?. 
Os podéis imaginar cual fue elegida como mi nave espacial favorita tras ver la Guerra de las Galaxias. El Ala de Luck claro, no podía ser de otra forma, toda tan simétrica, con sus alas abriéndose en armonía. Nunca, nunca, sería de el halcón milenario, que era totalmente amorfo con su cabina en uno de los lados y esa forma tan rara. También me quedé prendado del uniforme de las tropas de asalto del imperio y se ese maravilloso cinturón multi-usos que tenia esa especie de cuerda retráctil, pero esa es otra historia.
El caso es que solo con el devenir de los años empecé a encontrar el gusto por las asimetrías, que dicho sea de paso ahora me gustan casi más que su opuesto.

Caderas

Os habéis fijado cuantas veces dice Sabina la palabra "caderas" en sus canciones. En mi estado anterior igual pretendería ser el único en el multi-universo en darse cuenta, pero ahora..... Ahora sé que seréis legión.

Cosas que pensaba que solo se me ocurrían a mi.

Aunque creo que todas las personas piensan en la misma tonterías, siempre albergué la idea de que ciertos pensamientos que se nos ocurren en esos tiempos muertos que dejamos que el cerebro se libere, eran propios de cada uno y hasta cierto punto originales. 
Una de las primeras sospechas que tuve fue cuando mi teoría de la infancia, de que las personas podían estar viendo colores diferentes pero llamándolos igual, ya sabéis, uno ve verde pero lo llama azul, otro ese mismo color lo ve amarillo pero también lo llama azul, me fue expuesta por más gente que había llegado a la misma conclusión. Ahí empecé a atisbar, lo que a la postre sería, la total conciencia de mi falta de originalidad.
La teoría de que yo podía ser ocurrente se me vino abajo totalmente el día que leí en el periódico un artículo sobre una persona que había llegado a la misma conclusión que yo en uno de, yo pensaba, mis más peregrinos pensamientos. No solo eso, sino que hizo una investigación y publicó los resultados de sus estudios. Hablo de ese "original" pensamiento que consiste en creer que el zumo de tomate sabe mejor en los aviones.

Si señores. Yo no lograba entender como cuando pedía un zumo de tomate en el avión estaba mucho más rico de sabor que cuando lo pedía en un bar. Era desconcertante, en el avión te ponen el zumo en un jodido vaso de plástico, te dan un par de sobrecitos con la sal y la pimienta, (que por cierto suelen venir unidos y no es sencillo abrirlos y echar el contenido del segundo sin que los restos del primero se te caigan, vale... si... cortando antes los sobre, pero eso nadie lo hace), y el zumo está estupendo. Luego bajas del avión repites la jugada en un bar, con un súper vaso, zumo del granini, la sal chachi, la pimienta, etc, etc, y sabe peor. Primero lo achacaba a tener un gusto tomatero vulgar parecido al de la mayonesa, que tiene que ser de bote, pero después de repetir el experimento en diversas líneas aéreas y más bares, concluí que la diferencia era el avión. 

Así que cuando leí la noticia en la prensa me quedé absolutamente anonadado. Empecé a decirle a la gente que yo también me había dado cuenta de que el zumo de tomate está más rico en los aviones aun temiendo que la gente pensara que solo lo decía para parecer guay. Pero tal revelación suprimió mi característica falta de confianza, porque además, me di cuenta de que había hecho un descubrimiento aun más asombroso, si cabe, que lo del zumo, había descubierto que esos pensamientos tan personales, que asumimos que nadie más tiene, son compartidos por mucha gente. 

Así que a partir de ahora voy a empezar a poner aquí todos esos pensamientos que creía únicos en el universo para que veías que no solo a vosotros se os ocurre determinada chuminada. Así que, por favor, no dejéis de contarme pensamientos estilo zumo de tomate, seguro que muchos coinciden con los míos o con los del resto de lectores. (Aquí me dio un poco el descojone con lo del "el resto de lectores")

Saludos.